Todas las empresas inmersas en el mundo globalizado o aquellas que recién ingresen si desean sobrevivir o permanecer en el mercado tendrán que obtener ganancias que al final de cuentas las harán crecer y que además contribuirán a que sus trabajadores se encuentren mejor remunerados y que beneficien tanto a él como a su familia. Estos beneficios aportan a que la organización se convierta en un estímulo para que sus trabajadores sean inventivos e innovadores. Si las organizaciones piensan en mantenerse pasivas diríamos que se encuentran en la edad de piedra, la modernidad y la globalización les exige y las obliga a tener que enfrentar el mercado y no que el mercado venga a ellas, pensar así los llevara al fracaso, tendrán que buscar formulas y formas para mejorar la vida de sus clientes con sus productos y servicios. Sus estructuras empresariales tienen que ser flexibles y a la vez activas para responder con rapidez a los cambios que se presenten para atender de inmediato las demandas de los clientes, ya sea mediante excelentes comunicaciones entre ella y su mercado objetivo, de igual manera alcanzar mayores índices de efectividad y productividad.