El desarrollo de la banca electrónica está constituyendo un hito en la prestación de servicios
«on line». La transición desde el banco tradicional, que apenas ha cambiado desde hace varios siglos, hacia el nuevo concepto parece un proceso imparable aunque requiera un periodo de adaptación.
En el año 2002, la banca «on-line» tenía en España un millón y medio de clientes y algo más de 9.000 millones de euros en depósitos, cuatro veces más que en el año 2000. Su cuota de mercado sobre el total de depósitos bancarios en España era de un 3 %. Conforme la tecnología y el canal de negocio se van consolidando, han surgido nuevas necesidades y nuevos públicos. El caso más representativo es el de las empresas que han buscado en Internet una solución para su gestión financiera y contable.
Realmente, una buena aplicación «on -line» para empresas no sólo proporciona las ventajas de la banca de particulares sino que ofrece soluciones específicas para hacer que la gestión sea más rentable, independiente, cómoda y eficaz.
En este proceso de consolidación y debido a que la confianza del/de la usuario/a es un objetivo fundamental, los servicios de banca electrónica están trabajando, sobre todo, en perfeccionar el acceso al área de transacciones, en la presentación de los productos, en la realización de operaciones y en las ayudas ofrecidas desde su propia página web.
Fecha: 29.10.2013